Aunque no he tenido tantas ni a todas las que he querido, cada una de ellas ha significado algo en mi experiencia.
Todo esto puede sonar a un cliché barato, a papilla masticada y escupida. Pero eso no le quita cierta verdad al hecho de que piense en ellas, las recuerde con nostalgia y un extraño cariño. Curioso, ya que en algunos casos los finales no siempre fueron diplomáticos., más bien, todo lo contrario.
Silvio tiene razón, y es que he conocido mujeres de fuego y mujeres de nieve. Con estilos tan diferentes a mi mismo que me sorprende. Me hace pensar que quizás estoy equivocado, pero luego me tranquiliza saber que hay tantos que creen haber encontrado la mujer perfecta, y simplemente aunque suene negativo, se han acostumbrado y punto.
Tampoco creo que esto se trate de grandes epifanías, pero vaya uno a saber que significa todo esto y que importancia tiene realmente.
Pienso en esas mujeres, en cómo cada una de ellas me domestico y yo las domestique también, aunque eso en verdad ahora no puedo saberlo ¿me recordaran por alguna razón? ¿Por cuál? Yo las recuerdo, no a todas es cierto, con la misma fuerza, y en verdad algunas se han degradado con el tiempo. Pensamiento lógico. A las que recuerdo, generalmente como le sucede a todo el mundo, es en la música, esas canciones que sin saberlo en una tarde o una noche con los amigos, hicieron suya, egoístamente dejando esa asociación inevitable. También están los lugares que se adueñan del momento como las fotografías se adueñan de los rostros y los cambios de nuestro cuerpo.
Contigo mujer, compartimos a Coltrane y Davis en una noche de tristeza. Pero seguramente lo olvidaste. Otra dejo inevitablemente clavados los recuerdos de su presencia en Silvio y en cierto café de Valparaíso. Una no menos interesante, atornillo para siempre unas canciones de dudosa calidad a su retrato. Y otra, sinvergüenza, se adueño sin dudarlo de algunas películas. Escuchamos en el jardin a la Javiera Mena y a la Francisca Valenzuela. Te gustaba GEPE y yo aun creo que toda esa música es para gente depresiva y que se cree cool. La que se cree fashion, escuchaba Babasonicos y Miranda!, tuvimos nuestro disco de canciones, donde no faltaron Scissor Sister. En el terminal, por un accidente “Love Buzz”. Y lamentablemente con varias me une 31 minutos… Y la lista de cosas sigue, pero la más curiosa quizás sea el olor de los químicos que utilizan los dentistas.
Plazas, muelles, calles pérdidas en el cerro, escaleras nocturnas, bancos iluminados por una luz amarillenta, regalos repetidos, fotografías, viajes en tren, miradores, sobretodo miradores… y es que así es la vida de cualquier habitante del puerto y que busca, como en cada cerveza, en cada mujer algo que le sacuda las entrañas.
Me demore en escribir esto y queria pulirlo y complementarlo con mas cosas, pero si sigo dandole vueltas no lo termino nunca, y eso que es breve, porque a fin de cuentas, estas mujeres estan presentes en tantas cosas que ya no necesitan (ni merecen) mas espacios que ocupar.
Ademas, la próxima esta quizás esperando ahí, a la vuelta de la esquina.
Para terminar…como dice Américo “se que por algo, me haz de recordar”
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